Así tus metas se convertirán en el principio del camino. Este es un camino de acompañamiento que disfruto mucho, pues tengo el privilegio y honor de ver a las personas reinventarse como el ave fénix; descubrir no sólo para qué son buenas sino en qué su inteligencia brilla más, en qué se hacen súper eficientes y cómo desarrollan su confianza en ello.

También acompaño y soy testigo del desarrollo de sus capacidades de establecer metas con confianza y caminar con disciplina, perseverancia y responsabilidad al encuentro de su éxito, comprendiendo que la meta no es un fin sino un principio del camino.

Es importante resaltar que las metas no se deben quedar en el mundo del ensueño, para no sentir frustración ni la sensación de que el mundo nos debe algo. Se deben hacer realidad, se deben cumplir.

En este recorrido que hago con las personas, veo cómo, después de descubrir, confiar y fortalecerse plenamente, tienen una transformación tan importante que cambia sus vidas.

El encuentro con ellos mismos en sus habilidades, confianza, autoestima… hacen seres más compasivos, comprensivos y felices, en suma, más humanos.